viernes, 11 de marzo de 2011

Sentir atleta.

    Aprovecho el abrir de nuevo el bahúl de los recuerdos de trabajos antiguos para publicarlos en mi blog a falta de nuevas ideas para continuar con un flujo más o menos regular de entradas. Esto lo escribí hace tiempo, cuando mi furor como atleta me hacía dedicarme con una pasión inconcebible a ese deporte. No gané nunca una carrera, pero eso no evitaba que cuando corría tuviera la mejor sensación del mundo, sufrimientos aparte. Creo que este pequeño fragmento de literatura bastante sentimentaloide que creé hace tiempo (y que, he de admitir, me lo pidieron bastantes personas para utilizarlos no sé para qué) exprese lo que significa este deporte para mí.

     La gente piensa que este deporte es aburrido, que se sufre mucho para mejorar poco y que sobre todo, ¡no es divertido!
      Piensan que los verdaderos deportes son el fútbol, baloncesto, tenis... Todos ellos divertidos y técnicos en el que hay que darle a la pelota.
     Y que correr por correr, saltar por saltar, lanzar por lanzar es una tontería... ¿Por qué lo hacemos?
     Cuando corro me siento en la gloria, la sensación de poder ir más rápido, poder aguantar más... No corremos por correr, corremos para demostrarnos hasta donde podemos llegar, hasta donde podemos resistir, luchamos contra el tiempo.
     El velocista lucha contra el viento, contra los reflejos en la salida, contra el reloj, pensar en esas velocidades es demasiado complicado para el que piensa que es correr por correr.
      El fondista lucha contra el aguante de los pulmones, contra la mente que te dice ¡basta!, contra todo lo que te dice que no puedes continuar, contra el límite del aguante físico, contra la sensación de pensar que te mueres y aguantar un poco más con esa sensación.
      Los saltadores, ¡saltar por saltar! Superar el listón con la única ayuda de tu propio cuerpo e intentar llegar al cielo... O elevándose con una pértiga, luchando contra las alturas y los límites de la gravedad,
o el que en 1 ó en 3 saltos nada más... puede luchar contra el empuje, contra el obstáculo de la batida, que puede saltar en un sólo salto más que tú y que yo andamos en 4 o 5 pasos... ¡Saltar por saltar!
Y los que lanzan... El hombre que lanza el peso lucha contra las fuerzas del propio hombre, sólo los más fuertes pueden lanzar una bola a la distancia a las que lo hacen... o hacer volar el disco tan lejos,
o girar con el martillo entre sus manos y poder coordinar el lanzamiento, o lanzar la jabalina y luchar contra el dolor de tus músculos por soportar esa torsión...
    ¡Correr por correr, saltar por saltar, lanzar por lanzar!
TODOS LOS QUE AMAMOS ESTE DEPORTE NO SOLO LUCHAMOS PARA SER LOS MEJORES Y BATIR A LOS DEMÁS, TODOS TENEMOS UN ENEMIGO EN COMÚN.
¡¡NOSOTROS MISMOS!! Porque lo verdaderamente bonito es cómo te puedes superar a ti mismo, tus límites tus obstáculos, fortalecer tu cuerpo y tu mente.

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