viernes, 11 de marzo de 2011

Sentir atleta.

    Aprovecho el abrir de nuevo el bahúl de los recuerdos de trabajos antiguos para publicarlos en mi blog a falta de nuevas ideas para continuar con un flujo más o menos regular de entradas. Esto lo escribí hace tiempo, cuando mi furor como atleta me hacía dedicarme con una pasión inconcebible a ese deporte. No gané nunca una carrera, pero eso no evitaba que cuando corría tuviera la mejor sensación del mundo, sufrimientos aparte. Creo que este pequeño fragmento de literatura bastante sentimentaloide que creé hace tiempo (y que, he de admitir, me lo pidieron bastantes personas para utilizarlos no sé para qué) exprese lo que significa este deporte para mí.

Viejas Glorias

     Tras más de un mes de inactividad debido a exámenes, ocupaciones, visitas, tareas y sobre todo sobre todo a falta de inspiración para volver a escribir, retomo la actividad de nuevo. Debo admitir que había dado por muerta mi aspiración a construir un blog más o menos actualizado, cosa que sigo pensando que es algo muy difícil, pero tengo que admitir que, por ahora, este novato va a continuar gracias a una simple razón. Hace un tiempo recibí un e-mail, ¡un comentario en mi blog! era de otra blogger, ATENEA, y a ella debo agradecerle que haya vuelto a escribir, porque el simple hecho de que alguien entrara, y perdiera unos segundos, o quizá minutos escribiéndome un comentario con un mensaje de ánimo, me hizo querer retomar con mi Blog. Qué menos que dejaros aquí un enlace a su blog como muestra de agradecimiento y un abraz muy fuerte :) El Olimpo
     Bueno, entrando en materia, el motivo de este post es publicar un pequeño relato corto que he tenido que hacer como un trabajo. No sé si es bueno o malo, no sé si es interesante o no, pero sé que se puede publicar y que, ya que lo escribí, debería ponerlo en una entrada y así ver lo que opina la gente de él. Ni que decir tiene que el título es el de la entrada.